lunes, 27 de octubre de 2008

La confusión como obstáculo en la búsqueda de la verdad, o como arma de propaganda ideológica

Para los fines concretos de este post, defino "confusión" como la acción o el resultado de identificar lo que es diferente. Esto significa que uno confunde aquellas cosas que, siendo diferentes, se ven o interpretan como si fuesen iguales o idénticas.

Esto causa una perturbación en el pensamiento, porque no se puede distinguir o discriminar las diferencias que separan los conceptos, categorías, teorías o hechos. Y al no poderlas distinguir, las críticas o evaluaciones que se formulen contra tales ideas probablemente no darán en el blanco (o si lo hacen, será por pura casualidad)

Los motivos principales por lo que puede generarse una confusión son los siguientes:

-Falta de rigor en el manejo de las palabras, los conceptos y los términos.

-Desconocimiento de aquello de que se habla o escribe.

-Uso de fuentes poco fiables sobre temas controversiales (generalmente, estas fuentes están a su vez confundidas, o tienen interés en mantener y difundir la confusión).

-Similaridad entre las cosas que son confundidas. Este es quizás uno de los motivos más frecuentes de confusión, ya que cuando dos hechos o dos teorías son muy similares, las diferencias (que las hacen distintas) no se ven, y se tiende a pensar que "son lo mismo".

-Un quinto motivo tiene que ver con razones ideológicas: la persona, cegada por sus creencias personales, solo ve lo que quiere ver, y cuando lo que quiere (o le conviene) ver son "identidades" y nunca diferencias, entonces no podrá jamás distinguir aquello que debería distinguirse.

Un ejemplo de una confusión sistemática la vemos cuando se debaten los méritos científicos del darwinismo. Los más recalcitrantes y fanatizados defensores del darwinismo inmediatamente califican de "creacionista" a todo aquél que formule una crítica contra esa teoría (un ejemplo patético lo podemos ver aquí).

Quien así actúa, confunde la crítica al darwinismo con la defensa del creacionismo. Pero estas son cosas diferentes, ya que se puede ser crítico del darwinismo y no ser creacionista. Algunos ejemplos bastan para demostrar esto:

-Máximo Sandín, un agnóstico, ha sintetizado las mejores y más contundentes críticas científicas al darwinismo, y quien a su vez a formulado una teoría alternativa, basada en datos empíricos, que permita explicar científicamente los cambios evolutivos (sin apelar a un creador o diseñador inteligente).

-Stephen Jay Gould, un ateo, escribió un artículo titulado "Darwinian Fundamentalism" donde criticó el fundamentalismo darwinista de Dawkins y Dennett (realmente Gould no se desmarca completamente del neo-darwinismo, sino de su versión fanatizada e irracional que él califica de "fundamentalista")

-Jerry Fodor, un filósofo ateo, quien escribió un artículo titulado "Against Darwinism", cuyo título habla por sí mismo.

-David Stove, filósofo ateo, quien escribió el libro "Darwinian Fairytales" dedicó varios artículos a criticar al darwinismo, uno de los cuáles se puede ver aquí.

Los anteriores ejemplos muestran que, se puede ser crítico del darwinismo, y al mismo tiempo no defender el creacionismo, ni el diseño inteligente. La razón es de ello es que se trata de cosas diferentes.

¿Por qué entonces los darwinistas califican constantemente de "creacionista" a quien critique el darwinismo?

Esto solo lo pueden responder ellos; pero en mi opinión existen varias razones:

1)Desconocimiento de los críticos no creacionistas del darwinismo (como los antes mencionados). Esta ignorancia, sumada a una generalización precipitada, los hace creer que "todos" los críticos del darwinismo vienen del sector creacionista.

2)Si conocen a los anteriores críticos, entonces el desconocimiento o la pura ignorancia no puede ser la explicación; en cuyo caso, creo que las explicaciones serían las siguientes:

-Mala intención y voluntad expresa de confundir la crítica del darwinismo con la defensa del creacionismo, con la finalidad de estigmatizar y descalificar a los disidentes. Esto obviamente es una técnica de propaganda, no una actitud científica; y quien así actúa, se descalifica moralmente él mismo.

Estas personas generalmente tienen una agenda ideológica oculta (ej: la utilización del darwinismo para defender el ateísmo), y es por eso que estigmatizan la disidencia ya que la interpretan como un ataque indirecto a lo que ellos consideran que es uno de los pilares científicos del ateísmo. Por eso, aun cuando adviertan que los críticos no son creacionistas, intentan colocarlos en el mismo saco, para descalificarlos en bloque y proteger así su cosmovisión. Están más interesados en defender sus creencias a toda costa, que en examinar críticamente los méritos del darwinismo (al que dan por verdadero e indiscutible; algo paradójico en ciencia, ya que ninguna teoría científica debe ser inmune a la crítica o a la reevaluación)

-Incapacidad teórica e intelectual para distinguir una cosa de la otra. Esto puede sumarse a lo anterior, o puede existir en personas de buena fe. Casi siempre, esta ceguera deriva del fanatismo, la visceralidad y la irracionalidad que es frecuente en las personas que tienen un apego emocional casi enfermizo por una idea determinada.

Esto es similar a la persona que estando enamorada, solo ve aquello que es "bueno" de su pareja, y no lo malo. En estos casos, es una emoción intensa conectada a una persona, objeto o teoría la que impide estudiar con objetividad y ecuanimidad la situación.

Pero puede deberse también a una simple debilidad intelectual, a una insuficiencia intelectiva, que impide distinguir una cosa de la otra. No todas las personas tienen el mismo nivel intelectual, y algunos tienen vedado el escrutinio de ciertos temas debido a sus propias limitaciones (lo cuál no es en sí mismo reprochable; todos tenemos niveles diferentes de inteligencia, y lo que para unos es comprensible, para otros es un enigma imposible de entender).

También se ve mucho en las personas fanatizadas por ciertas ideologías; quienes contemplan el mundo en términos de blanco y negro ("Los buenos vs. los malos"; "Ciencia o religión"; "El que no está conmigo, está contra mí", "socialismo o muerte", "neo-liberalismo o comunismo"), ya que su ideología tiene pretensiones totalitarias, y excluye cualquier diferencia o disidencia.de tal ideología. Cuando personas así llegan a ocupar posiciones de poder, es frecuente que se inicien cacerías de brujas contra los disidentes.

Estas personas pueden actuar de mala o buena fe; pero su incapacidad de distinguir no se debe a la mala fe, sino a la forma "escindida" en que interpretan el mundo. Si no es blanco, entonces es negro; si no es socialista, entonces es fascista; si no es darwinismo, entonces es creacionismo; si no es ateo, entonces es un fundamentalista religioso; etc.

Estas personas probablemente necesiten la ayuda de un psicólogo, o el tratamiento con algún especialista, ya que esa forma de pensar puede rayar a veces en lo enfermizo (curiosamente, estas personas no se ven así mismas como fanáticas; y consideran justificada su visión en blanco y negro del mundo, por lo que cualquier intento razonable en hacerles ver su radicalidad y extremismo está condenado de antemano al fracaso).

Tener en cuenta lo anterior es muy útil cuando se examinan debates sobre temas controversiales, en los cuáles cada bando asume (por cualquiera de las anteriores razones, o por otras) posiciones extremistas. También es útil como forma de autocrítica, ya que nosotros mismos podemos caer víctimas de tales vicios cuando analizamos asuntos en los cuáles están implicadas nuestras emociones intensas o creencias más íntimas.