sábado, 13 de septiembre de 2008

¿Qué quieren las mujeres?: una zetética opina sobre una cuestión que ha inquietado a más de uno

Lo primero que deseo señalar, es que me parece que esta cuestión está mal planteada. Formulada en esa forma, la pregunta "¿qué quieren las mujeres?" pareciera indicar que las mujeres queremos algo que es común a todas nosotras. Y pienso que allí radica el problema, y la razón básica por la qué esta pregunta no puede tener una respuesta uniforme. Siempre se encontrarán excepciones o contraejemplos que rebatan cualquier respuesta simplista en este sentido.

Reflexionando sobre mi misma, y sobre la conducta de amigas y otras mujeres que he conocido, he llegado a las siguientes conclusiones:

-No hay un "algo" que todas las mujeres quieran, y que responda la pregunta "¿qué quieren las mujeres?", formulada en esa forma universal.

-Una misma mujer, al igual que un hombre, modifica a lo largo de su vida sus deseos y aspiraciones. Cuando yo tenía 15 años no quería o deseaba lo mismo que quiero ahora; y dentro de 30 años, probablemente no querré lo mismo que en la actualidad.

-Pero sí pueden existir algunos aspectos comunes, quizás determinados en parte por la sociedad mediante un proceso de adoctrinamiento o debido al rol social que asigna a cada sexo, que puedan predicarse de las mujeres en general, con algunas excepciones.

Entonces, si reformulamos la pregunta y decimos "¿Hay aspiraciones o deseos que, en general, las mujeres prefieran, y que por su grado, tipo o intensidad la distingan de los hombres?", entonces la pregunta puede empezar a producir algunas respuestas útiles. En mi opinión, esas aspiraciones generales, comunes a la mayoría de las mujeres serían:

-La mujer busca ser aceptada, valorada y reconocida en sus méritos, no solo en su físico. Esto no vale para mujeres que sean muy frívolas o superficiales, o que han aprendido a depender de su físico para obtener sus metas en la vida.

-La mujer busca ser escuchada, en una intensidad mucho mayor que los hombres (quienes tienden a desear ser más el reconocimiento, que la sola escucha)

-La mujer busca una vida sentimental que la llene y satisfaga. Aquí podríamos incluir el sexo, pero este último tiene para la mujer un significado emocional mucho más profundo que para el hombre. (Aquí de nuevo podríamos excluir a algunos tipos de mujeres...). Esta diferente comprensión y significado emocional de la actividad sexual, es en parte lo que crea gran incomprensión entre hombres y mujeres cuando abordan estas cuestiones.

-La mujer busca seguridad y estabilidad, entendida ésta en una forma básicamente emocional, que casi siempre se proyecta objetivamente en una casa cómoda, en un hogar estable, etc. Esto también existe en los hombres, pero en función de una motivación diferente (búsqueda de reconocimiento, liderazgo, etc.), y a veces esas motivaciones propician conductas que destruyen en la práctica el concepto mismo de estabilidad.

El mundo emocional de las mujeres tiende a ser diferente al de los hombres, en el sentido de ser predominante en muchos aspectos de nuestra vida y, sobre todo, a la hora de tomar decisiones. Esto ha ganado la fama de "irracionales" a muchas mujeres, como se constata en algunos personajes ilustres de la historia que así nos consideraron.

Pero si se juzga la destrucción y desastre que muchos hombres han causado cuando han dispuesto del poder suficiente para ello, se evidencia que la irracionalidad no parece ser un atributo exclusivo de la feminidad. Y lejos de ser este un discurso feminista, el punto es que el ejercicio de la razón no parece ser un atributo exclusivo ni definitorio de uno de los sexos; por lo que las distinciones básicas entre unos y otros debería buscarse por otro lado.

Lo que sí creo es que que la irracionalidad que expresan hombres y mujeres no es igual en su manifestación; y que parecen existir ciertos patrones de irracionalidad que tienden a ser más característicos en un sexo que en otro; pero eso es algo que analizaremos en otro post...

En síntesis, la cuestión "¿Qué queren las mujeres?" debería ser replanteada y especificada; de lo contrario, probablemente nunca podrá ser respondida en una forma realmente satisfactoria.