domingo, 30 de marzo de 2008

Victor Zammit y la evidencia de la "vida después de la muerte"

Victor Zammit es un abogado retirado de Australia quien ha dedicado gran parte de su vida al estudio de la "vida después de la muerte" o "postvida" (en inglés, "afterlife")", es decir, de la supervivencia de la consciencia (o espíritu) después de la muerte física.

Él tiene una página web dedicada a ese tema, y también ha escrito un libro donde recopila la investigación que diversos científicos han realizado sobre ese asunto. Ese libro, que está traducido en varios idiomas, incluyendo el español, se puede leer gratuitamente desde su página web.

Paso a resumir las impresiones que ese libro me ha producido:

1)Me sorprendió el hecho de que diversos científicos se hayan sentido interesado por ese tema y que hayan decidido investigarlo directamente. Hasta el momento de leer dicho libro, siempre pensé que la creencia de la vida después de la muerte (o postvida) era algo limitado solamente al mundo religioso o filosófico.

2)Pero más sorprendente todavía es el hecho de que muchos de estos científicos terminaron convencidos de que la postvida es real, después de haber efectuado la investigación correspondiente a su propia satisfacción.

Esto incluye a científicos como William Crookes, quien dedicó gran parte de su carrera a indagar en este asunto con algunos médiums, especialmente con una conocida como Florence Cook. Crookes publicó sus experimentos y conclusiones en un libro llamado "Researches into The Phenomena of Moderm Spiritualism" que puede leerse en inglés desde esta página.

Otro ejemplo es el caso de Sir Oliver Lodge, un prestigioso físico, quien investigó también el tema de la postvida concluyendo que dicho fenómeno es real, como lo revela este artículo en inglés. También Lodge publicó sus conclusiones en varios libros, que pueden leerse aquí.

Otro caso curioso es el del investigador Richard Hodgson, quien había desenmascarado varios fraudes mediúmnicos, y quien tuvo ocasión de investigar por varias décadas y de forma directa y personal a la médium "Leonore Piper", llegando a convencerse y a aceptar como genuinas las facultades como "médium" de esta última.

3)Mi percepción sobre este tema es que hay aspectos "interesantes" que ameritan una mayor investigación. Sin embargo, personalmente no estoy todavía convencida de que exista tal cosa como la "postvida". La neurociencia actual trabaja sobre el presupuesto ontológico de que la mente es producto y función del cerebro; y si partimos de este presupuesto, la postvida no sería posible. Pero esto último lo acepto no como un artículo de fe, un dogma o una ideología inamovible; sino como una tesis provisional bastante probable.

Sin embargo, de comprobarse de alguna manera la tesis de la "postvida", se rebatiría el presupuesto materialista básico de la neurociencia; y ya la mente no sería producto del cerebro sino que sería transmitida por él; tesis esta sustentada por el conocido psicólogo y filósofo William James en su extenso artículo "Human Inmortality". Esta tesis metafísica sería compatible tanto con la evidencia de la neurociencia como con la evidencia de la postvida, si es que esta existe. Esta tesis, al ser metafísica y no científica, no es en sí misma "falsable" (en el sentido popperiano) usando métodos científico-experimentales. En otras palabras, no sería una hipótesis científica sometida a corroboración o refutación, sino una tesis filosófica-metafísica, no materialista, no falsable, extraída como inferencia a partir del conjunto de la evidencia y que es capaz de dar cuenta de ella como parte de una cosmovisión filosófica integral.

Es importante destacar el hecho de que un científico, en cuanto tal, no es necesariamente la persona más competente para evaluar a los médiums, ya que éstos en muchos casos hacen uso de trucos y técnicas de ilusionismo. Por tanto, sería muy útil contar con la ayuda de un mago para que asesore en el diseño experimental (nunca está de más asumir controles cada vez más rigurosos; algunos incluso han propuestos diseños experimentales usando un protocolo triple ciego).

De hecho, muchos magos se han involucrado en tales investigaciones, y algunos de estos magos e ilusionistas (contrariamente al mito pseudo-escéptico) han aceptado la existencia de tales fenómenos después de investigarlos personalmente (como es previsible, los pseudo-escépticos solo citan como creíbles y válidos los testimonios o tests de los magos que niegan estos fenómenos, o los casos obviamente fraudulentos desenmascarados por ilusionistas; pero no dicen nada sobre los magos que se han convencido de que tales fenómenos son reales y no han descubierto fraude alguno... Para el pseudo-escéptico, solo valen como ciertos y dignos de crédito los casos que refutan lo paranormal, estos casos son aceptados con absoluta credulidad, a pies juntillas, sin crítica ni cuestionamiento alguno; pero el resto de casos se consideran inexistentes... o se minimizan, tergiversan o se descalifican como "superstición", "errores de observación", "pseudociencia" o "magufadas"; o se le despacha con la tajante afirmación "eso no prueba nada", todo ello adornado con insultos, ironías o especulaciones gratuitas sobre las personas involucradas.)

Otros magos, como el inefable James Randi, consideran que todos (sin excepción) los médiums y psíquicos son unos fraudes, unos farsantes, unos sujetos que se autoengañan, o simplemente unos individuos que "quieren creer". Obviamente Randi incluye en este grupo únicamente a los que "quieren y necesitan creer" que tales fenómenos son ciertos; y no a los individuos que "quieren y necesitan creer" que estos fenómenos son siempre falsos, fraudulentos o productos de la ingenuidad... éstos últimos individuos son modestamente considerados como los únicos "racionales" o "escépticos"; cuando en realidad, son creyentes en la imposibilidad y, por tanto, en la inexistencia de tales fenómenos, debido a que son incompatibles con la filosofía materialista (la cual, en su versión más radical, reduccionista y dogmática, es la base ideológica del pseudo-escepticismo y el fundamento real de su elitismo, intolerancia, fanatismo y agresividad verbal característica.). Si esta creencia materialista es correcta o no, es otra cuestión... y es precisamente parte de lo que se discute.

Solo me resta sugerirle a los lectores que exploren las anteriores referencias y otras que sean relevantes para este tema, y reflexionen sobre ellas. Si están interesados, busquen más información complementaria de las señaladas en este blog, exploren ambos lados de la controversia, y en base a ello, se forme su propio criterio. Esto último es, desde un punto de vista zetético, lo más importante: el ser capaz de pensar por sí mismo y llegar a sus propias e independientes conclusiones.